lunes, 5 de abril de 2010

No más niños secuestrados en Colombia

Publicado en El Colombiano el 5 de abril de 2010: http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/N/no_mas_ninos_secuestrados/no_mas_ninos_secuestrados.asp?CodSeccion=219


Por Samuel Arango M.

Un niño de trece años explotó en mil pedazos, en días pasados, cuando por encargo de sus amos (las Farc) trataba de entrar una bomba a una estación de policía. La reacción mundial, de los gobiernos, de las ONG, de nuestros medios, fue casi ninguna, como de complicidad. Las estadísticas son diversas. Se dice de buenas fuentes que en Colombia existen 17.000 niños con armas en las manos. Otros hablan de 13.000. Al servicio de la guerrilla, de paramilitares, de bandas o combos. Las cifras son de verdad aterradoras, escalofriantes, deprimentes, diabólicas. Incluso podrían ser tres y ya deberían convocar la protesta general. Pero nadie dice nada, o mejor, nadie hace nada. A los niños los usan como informantes, los especializan en armar bombas antipersonal, los someten a la prostitución, los usan para matar porque son más arriesgados. Se aprovechan porque los menores creen que es un juego.

Se dice como absurdo consuelo para justificar las enormes y vergonzosas cifras, que cerca de un 70% empuñan las armas "voluntariamente". No es voluntario quien como niño no tiene aún la capacidad de discernir, escoger, analizar. No es voluntario quien es obligado a ingresar a las filas delincuenciales y del terrorismo para que su familia no sea víctima. No son voluntarios quienes no tienen otra opción apropiada para un niño, como el estudio y ser niño. No es voluntario quien sin tener casi nada le ofrecen dinero a cambio de delinquir. Los voluntarios son obligados, por las armas, las amenazas o las circunstancias. Voluntarios obligados a los que NO se les permite retirarse. Ahí le mando esos voluntarios, pero devuélvame los lazos? Y es tan grave que está catalogado como crimen de lesa humanidad.

Otros cientos de niños ingresan como cuota que las familias tienen que pagar a cambio de su tranquilidad. Por eso muchas familias prefieren desplazarse y no entregar a sus hijos. En San José del Chairá, más de la mitad de los habitantes son familias desplazadas que para evitar el secuestro de sus hijos se trasladan al municipio. En Soacha, Cundinamarca, el número de desplazados también llega a cerca de la mitad de la población, por las mismas razones, para evitar el secuestro y explotación y explosión de los menores.

Debemos cuanto antes emprender una campaña nacional e internacional. No más niños secuestrados. Que los liberen a todos. Si se hace un intercambio humanitario debe incluir a los niños porque están secuestrados y hay que cambiarles las minas y los fusiles por libros y juguetes.

Si Colombia quiere algún día tener paz, debe empezar cuanto antes un trabajo con los niños en las escuelas y colegios, con las familias, para crear mentalidad de paz, de entendimiento, de comprensión, de respeto por las ideas ajenas. Sólo trabajando la paz desde la infancia podremos aspirar a tener, dentro de 30 años, un país en paz.

Y que quede claro: Los niños que participan en la guerra son secuestrados, no podemos llamarlos de otra manera.

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